Resumen:
“Nuestras iglesias están cada vez más vacías. Disminuyen las vocaciones a la vida religiosa. La práctica religiosa es cada vez menor en cada vez mayores capas de la población. Y, como consecuencia de todo este panorama, se apodera de los creyentes una difusa e incómoda sensación de desánimo. […]. En una conferencia pronunciada en un congreso de abades benedictinos, el autor del presente artículo, biblista de reconocido prestigio, afronta toda esta problemática. Y lo hace originalmente, relacionándola con la idea bíblica del pequeño número, del resto. Habrá que saber ver en todo ello la obra de Dios, quien empieza siempre por realidades pequeñas y las hace crecer. Y habrá que evitar también que el pequeño número no sea consecuencia de la desidia humana, que puede malograr la obra iniciada por Dios.”